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“Cuando estamos perturbados, decepcionados, frustrados o enojados resulta muy difícil comunicarse en forma afectuosa. Cuando surgen las emociones negativas, tendemos momentáneamente a perder nuestros sentimientos afectuosos de confianza, interés, comprensión, aceptación, aprecio y respeto. En esas ocasiones, aun con la mejor intención, las conversaciones se convierten en peleas. En el calor del momento, no recordamos la manera conveniente de comunicarnos.

En esos momentos hablar no resulta conveniente. Afortunadamente existe otra alternativa. En lugar de compartir verbalmente sus sentimientos con su pareja, escríbale una carta. Escribir cartas le permite escuchar sus propios sentimientos sin tener que preocuparse por herir a su pareja.”

Santander, 10-2-2017

Querido Ignacio:

Ira: Me pone furiosa que te olvides de llevar a nuestra hija al dentista. Me indigna que te eches la siesta todos los días y te olvides de las cosas importantes. Estoy cansada de ser yo la responsable de todo.

Tristeza: Me entristece que Nuria no vaya al dentista. Me deprime que tengas que trabajar tato y por eso estés tan cansado. Me duele que no me dediques más tiempo.

Temor: Me da miedo confiar en ti. Necesito que me ayudes. Creo que trabajas demasiado y no quiero que te pongas enfermo.

Pesar: Lamento que llegues tarde a las citas y también lamento ser tan exigente.

Vergüenza: Me avergüenza no ser tan exigente. Me avergüenza no ser más afectuosa.

Amor: Te quiero. Comprendo que estés cansado. Sé que haces cuanto puedes. Gracias por fijar otra cita con el dentista. Sé que me quieres.

Con amor,

María

P.D: Contéstame porque necesito saber si vas a responsabilizarte de llevar a Nuria al dentista.